Buenas tardes compañeros diputados, público que permanece voluntariamente en este recinto. A los medios de comunicación.
Sin lugar a dudas. En recientes fechas y durante toda la legislatura hemos dejado de hacer muchísimas cosas. Algunas por comodidad, otras más por inmadurez. Algunas por insensibilidad y ausencia de voluntad política. Ah… pero eso sí… no veamos una cámara o una grabadora de algún medio de comunicación porque somos los primeros en sacar nuestras mejores y más elegantes frases para decir que estamos haciendo bien las cosas; o para culpar a los demás de nuestras desgracias.
Aprovecho el momento para expresar mis mejores deseos a los compañeros que hoy solicitaron licencia para en fechas cercanas asumir los nuevos cargos que de alguna u otra manera los ciudadanos les otorgaron. Estoy segura de que los errores y omisiones de las que fueron partícipes, servirán de experiencia para corregir el rumbo y desempeñar el mejor papel en su nuevo encargo.
Lo que verdaderamente me motiva esta tarde a hacer uso de la voz, es la lastimosa situación que millones de jaliscienses padecen por el inminente golpe que el ejecutivo estatal pretende dar en contubernio con la mafia a cargo del pobre transporte en nuestro Estado.
Por un lado, tenemos a un secretario de vialidad cuya mayor acción ha sido estar presente en escándalos de traición dentro de su partido. Una gestión ciega y sin el más mínimo de destello de trabajo en favor de la mejora del transporte público. Pues aunque su corta memoria le dé para declarar a los medios que la obsoleta ley de vialidad es culpa de los diputados -que en parte es cierto-, lo que también es real es su incapacidad y su falta de seriedad para presentar a este poder una propuesta real para la modificación de la citada ley. Recordemos que en 2010 el Secretario de vialidad trajo a este congreso una propuesta generalizada y sin la mínima formalidad que le merece su cargo público. Después de eso, jamás ha tenido a bien darle seguimiento al asunto. Aun cuando en marzo de este año, en la comisión de Asuntos Metropolitanos realizamos un foro para el análisis y discusión una iniciativa para la reforma de la ley de vialidad. Entiendo también del esfuerzo que la Comisión de Vialidad y Transporte ha realizado en el congreso para tratar de mejorar el asunto; pero lamentablemente dichos trabajos de las dos comisiones han quedado aislados por la falta de voluntad de muchos actores de aquí mismo, que se han hecho de la vista gorda para no entrarle.
En otro punto, encontramos a un soberbio y dañino gobernador incapaz de controlar las riendas de los monstruos que él mismo ha creado al darles a manos llenas las concesiones para que a su antojo lucren con el transporte; y encima de ello, pasar por encima de los derechos de los ciudadanos exigiendo el aumento de una tarifa que dista muchísimo de la calidad del servicio prestado. Esto por operar bajo un modelo obsoleto como lo es el del hombre camión; mismo que da cabida a las carreritas y a las peleas entre conductores para ganar el pasaje.
Y no digo lo de gobernador incapaz de manera deliberada; pues basta con recordar dos pasajes similares de paro de transporte en diferentes gestiones: en una ocasión, el gobernador en turno actúo con la ley en la mano y envió grúas para retirar las unidades que bloqueaban las calles para al menos paliar el intento de abuso de parte de algunos concesionarios. En otra; el entonces gobernador cubrió la ausencia de camiones con camionetas y unidades rentadas; pero ayer, lo que observamos fue un vergonzoso pasaje que demostró el desinterés de un gobernante para resolver las necesidades de los ciudadanos. No pasó nada; los usuarios se vieron perjudicados, y el gobierno, bien gracias: su flamante respuesta “convocar a la comisión que establece las tarifas” para de esa manera lavarse las manos y endosar el problema a quien sea. No quisiera ser malpensada, pero más bien aquí se vislumbra una moneda de cambio de un raspado gobernante que denigró y puso más debajo del suelo la imagen de su partido. Y que ahora pretende dar su último golpe a la sociedad; de esos que ya nos tiene acostumbrados.
Yo finalmente les recuerdo que aquí en donde nos compete, en este Poder, tenemos una propuesta de iniciativa que propone una reforma integral a la Ley de Vialidad y Transporte de Jalisco. Una trabajo que adopta las propuestas de ciudadanos, especialistas, ex diputados y de algunos de los transportistas verdaderamente comprometidos con un buen servicio. Entrémosle al tema; nos queda poco tiempo, pero en algo avanzaremos. Otra vez los invito a que hagamos valer el peso del Poder Legislativo; con una simple acción: HACER LAS COSAS.
Aquí adentro está la iniciativa y la facultad de 39 legisladores; afuera está la realidad: una sociedad exigente, pero en su derecho. Una sociedad que aunque se ha visto defraudada por decisiones aquí tomadas, hoy espera un mínimo de consciencia para que impulsemos un verdadero cambio para bien en el transporte. Tenemos grandes amenazas como la ineptidud mil veces demostrada del actual secretario y su jefe. No obstante, confío en que imperará nuestra disposición
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